lunes, 17 de septiembre de 2012

Batanes: los dientes, la caries y el Gran Rodeo


Quedo el domingo con David y Pala para ir a hacer los dientes de Batanes, desde el Balneario de Panticosa. Fuimos con la idea de subir a las tres cimas, de altitud muy similar, que dan forma a esta característica "dentadura". Sabíamos que habría que trepar, y también que las haríamos de una en una, ya que crestear todo supone hacer algunos rápeles nada recomendables. Subimos muy bien, a buen ritmo gracias a la contínua sombra, hasta el primer diente, que se sube andando. Es el más occidental, el que se ve a la derecha en la foto.

Tras bajar del diente occidental, aproximándonos por las pedreras de la cara norte, llegamos a la base del diente central. Escalamos un primer resalte algo vertical que nos deja en unas placas inclinadas y compactas, tras las cuales alcanzamos una afilada arista por la que llegamos a la cima. Hacemos un largo y luego ensamble. La vuelta igual, destrepamos en ensamble hasta la reunión sobre el resalte y lo rapelamos. Este diente está muy sano: roca compacta en general, sobre todo en lo más vertical.

Ya vemos cerca el tercer diente, el más oriental. David y yo lo habíamos subido en verano del 2000 y recordábamos una subida muy sencilla, ya que aquella vez nos sobró mucho material. Ibamos (al menos yo) muy confiados, pensando que lo que quedaba era lo más fácil...pero nos equivocamos. Nos traicionó la memoria: recordábamos que lo más sencillo era entrar por una canal y atravesar a la derecha. Nos fuimos directamente a la canal más evidente que corta la cara norte, y nos metimos. Los recuerdos no concordaban.

David se mete de primero, la canal se descompone en caídas de piedras, todo muy suelto. Tras superar un tramo vertical y descompuesto, se acaba la cuerda y como puede, monta reunión. Seguimos Pala y yo, llegamos a la reunión y vemos lo que hay por arriba: unos 5-6 metros para salir a la cresta, pero verticales, descompuestos y sin posibilidad de aseguramiento. Empiezo a escalarlos por si encuentro algún punto donde poner un seguro. No lo hay. La única fisura fiable es demasiado ancha para los friends que llevamos (3 pequeños). Veo que es escalable, pero sería como ir a pelo, y no quiero tener deudas con la suerte. destrepo los dos pasos que había dado, y desde la reunión decidimos que nos bajamos. LLegamos a la conclusión: nos hemos equivocado, por aquí no era. Nos hemos metido en la parte podrida del diente de batanes: La Caries. Dejamos una cinta en el único bloque fiable, desde el que rapelamos y "doucement", recogemos la cuerda y nos vamos de tan infame lugar. Entre una cosa y otra ha pasado el tiempo, es mediodía y decidimos no hacer más intentos. Nos bajamos hacia el embalse superior de Bramatuero, y sin dejar de volver la vista atrás una y otra vez, nos vamos dando cuenta del error, haciendo concordar nuestra visión con el recuerdo. Hemos estado muy cerca, nos teníamos que haber ido a la derecha, antes de entrar de lleno en la canal, casi en la base, bajo unos desplomes. Queda anotado para la próxima.

Después de estos "dos dientes y una caries", les convenzo para que bajemos dando un rodeo, porque estamos en la zona que me toca cartografiar en mi trabajo como cartógrafo de hábitats. Así, bajamos por la cuenca de los embalses de Bramatuero, luego Bachimaña y volvemos. Nos pegamos una paliza extra bastante importante, ya que el rodeo de estos grandes embalses está lleno de subeybajas, en los que te cansas un montón pero no desciendes nada. En fin, gracias David y Pala, por las dos o tres horas que gastasteis de más, ya que me ahorraron a mí unas 5 horas.


Subimos a la sombra de forma muy continua.





Desde el diente occidental, se ven el central (afilado) y el oriental (más alto)



El equipo de maduros alpinistas (con su uniforme de camiseta verde y pantalón gris) cresteando en el diente central de Batanes.



 
Destrepando en la placa compacta, con el mismo cuidado que en la subida.


Dentro de La Caries



Gracias al Gran Rodeo, ficho con el GPS una gran cantidad de pequeños humedales como este, en el que hay una interesante hierba algodonera: el Eriophorum scheuzeri.




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