domingo, 31 de agosto de 2014

Verano inquieto I: viaje a Tesalónica

Llevo varios meses sin actualizar el blog, pero no por falta de ganas o de haber hecho actividades interesantes. Más bien al revés: casi no he parado desde finales de mayo, con unos meses de junio, julio y agosto de intensísimo trabajo de campo. Entre medias, además, he podido sacar algún tiempo para hacer vacaciones y otras cosillas. No quiero dejar la costumbre de ir publicando más o menos regularmente en este blog las cosas que me parecen majas, y que tal vez puedan interesar a alguien. Por eso, ahora que tengo tiempo, voy a recopilar varias de las actividades de las que he disfrutado este verano:

25 a 28 de mayo: Viaje a Tesalónica (Grecia)
Varias escaladas:  "love climbing" en los Pirineos
Espingo: el reino pirenaico de los tresmiles
Valle de Baztán: vacaciones con raíces



25 a 28 de Mayo: Viaje a Tesalónica

Fui invitado por la Comisión Europea a un seminario de expertos en conservación de Hábitats de Interés Comunitario. Poco pudimos hacer fuera del hotel, y dentro solamente trabajo. Sin embargo, pude visitar un gran delta en una excursión guiada por los organizadores: el Parque Nacional Estuario de los ríos Axios-Loudias-Aliakmonas. En realidad es un gran sistema de estuarios, donde se juntan las desembocaduras de cuatro ríos (uno de ellos, no recuerdo cuál, es el segundo río más largo de los Balcanes). Además de los estuarios hay lagunas y pantanos costeros, en una gran llanura de aproximadamente 320 kilómetros cuadrados, que también está plagada de arrozales. Tiene una gran importancia ecológica, pero está cerca de esta gran ciudad, y los griegos no la respetan. A pesar de ser Parque Nacional desde hace décadas y estar absolutamente prohibido, algunas de las lagunas se han llenado de escombros ilegales provenientes de la construcción, producidos por la increíble expansión urbanística de las últimas décadas. Las autoridades no han actuado ¿A alquien le suena esto?



 Atardecer en el golfo de Tesalónica, nada más llegar al hotel. Tesalónica es la segunda mayor ciudad de Grecia. Tiene un importante puerto, y una configuración parecida a la de Barcelona, con la parte vieja y otros lugares neurálgicos de la urbe cerca de la costa. Mi impresión de la ciudad (además de lo que nos contaron sobre el Parque Nacional y su gestión los colegas biólogos griegos que trabajan allí), es que están bastante atrasados respecto al resto de Europa. Incluso respecto a España. Al igual que me ocurrió al visitar Sicilia hace dos años, ví unas calles sucias, unas casas poco cuidadas, muchos coches viejos y bastante caos en el tráfico. La gente, sin embargo, parece vivir alegre, paseando junto al mar, comiendo en infinidad de puestos callejeros y llenando los bares y las terrazas. Un día de labor cualquiera (era martes), a la una de la noche, el paseo que une el barrio del viejo puerto con la zona de nuestro hotel estaba plagada de gente joven, incluso muy muy joven. Muchos de ellos, al día siguiente, tendrían que ir al instituto. Como comentabamos con los colegas españoles: seguramente a primera hora tendrían religión.


Una de las cosas que más me impactó, desde el paseo marítimo de Tesalónica, fue ver al otro lado del golfo, a lo lejos, una montaña que aún tenía nieve. En la foto se puede entrever un poco, difuminada entre la calima. Seguramente no ha habido en la historia una montaña más mítica: es el Monte Olimpo, 2.917 metros de desnivel que se alzan desde el mar, imponentes. Desde las suaves costas y campos de cultivo de la región de Macedonia, de clima mediterráneo, cálido, de inviernos suaves, (tierras de arrozales, viñedos, olivares), hasta la alta montaña, de rocas y nieves, tormentas, heladas, vientos intempestivos, y condiciones extremas, defendida además por un brutal desnivel de casi 3.000 metros. Desde el mundo de los humanos, hasta el mundo de los dioses.




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