domingo, 18 de marzo de 2012

Rioseta-Canfranc, por la muralla de Borau y el Sombrero de Lecherín

Ayer sábado vuelvo a ponerme los crampones, acabando ya un raro invierno. Con Curro, David, María y Pala, nos vamos a recorrer desde Rioseta los sucesivos corredores (los más fáciles) que cruzan en tres escalones la muralla de Borau, para llegar al Sombrero de Lecherín.

Sin madrugar demasiado, comenzamos por el bonito circo de Rioseta (que yo no conocía) para alcanzar el primer corredor (corredor Gayolo), en el que ya nos encordamos para hacer un pasito en mixto, porque hay muy poca nieve.


David, saliendo del paso en roca del corredor Gayolo.
Después, el resto del corredor se anda fácilmente. Gracias en gran medida, a la huella que dos días antes Pala junto unos amigos , habían abierto actuando como sherpas de lujo, en su "aproximación" a la arista de los Murciélagos.


Pala en la salida del corredor Gayolo.


Curro y María saliendo del Gayolo.

Tras una bajada se llega al llano de Tortiellas y nos ponemos ya debajo del primer estrechamiento hacia el corredor de los Navarros. En éste también hay un paso en hielo, corto pero que requiere que nos encordemos.
Después, el corredor de los Navarros, ya en la parte superior de la montaña, está bien cubierto de nieve, bastante dura en algunos tramos, y china-chana llegamos al sombrero de Lecherín.


LLegando al pie del corredor de lo Navarros.









Cima del sombrero de Lecherín.


Dadas las condiciones de la nieve, nos pareció demasiado expuesta la bajada por el corredor Navarros, por lo que decidimos variar en el itinerario de bajada, y tras atravesar desde el Sombrero hasta el Collado de Lecherín, bajamos por las majadas de Lecherín y de Gabardito a Canfranc, por el barranco de Los Meses.




Bajando por Gabardito, como su nombre indica, lugar con muchas gabarderas.




Para poder recuperar el coche contamos con la ayuda del buen Rafa, que a la llamada de Pala no dudó en coger su coche en Jaca y acudir como un clavo para hacernos de improvisado enlace ¡GRACIAS RAFA!


Aunque fruto de la improvisación, esta travesía sí que merece hacerse de forma planificada, con dos coches, dejando uno en Canfranc (pueblo) y el otro en Rioseta. La recuperación del segundo coche luego, es muy rápida. Y como siempre, un ambiente inmejorable, con el asesoramiento UIAA, preparación de huella por sherpas diplomados y guía para la dama incluídos...jejeje.


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