Terminando el cuarto largo, el último de la vía Rosaleda. |
En verdad es una vía con dos partes bien diferentes, cada una con sus encantos. La primera parte es puro Riglos, roca naranja, diedro-chimeneas muy verticales, y desgraciadamente más tierra de la deseable, sobre todo en las zonas más fáciles. A mí me gustó mucho, aún con todo, el largo cuarto, por el que se llega a la reunión en árbol, justo a mitad de vía. En toda esta primera mitad se trata de escalada clásica, buscando las debilidades naturales de la pared, en oposición casi todo el rato.
Primer largo, típicamente de fisura-chimenea riglera (V). |
Segundo largo, más largo y algo más vertical que el primero (V+) |
Tercer largo en travesía (III+), para enfilar hacia la canal superior. |
La segunda parte, es otra cosa. Después de un largo de transición por la canal, se llega a una reunión muy cómoda y donde te puedes sentar a disfrutar de la tranquilidad y el silencio, ya que se deja de ver el patio y sobre todo se deja de ver a las demás cordadas, y de oir las voces y gritos, que siempre (en mi opinión) dan una ambiente de tensión algo desagradable a la escalada en Riglos.
La matriz del conglomerado aquí es gris, y los bolos no son bolos, son piedras menos redondeadas, con más aristas, más al estilo de la roca del cercano macizo de Peña Ruaba. Se hacen en este espolón tres largos muy elegantes. En el primero las dificultades se centran en un muro del tercio superior, donde ya se vuelve a coger sensación de patio. Es un largo bastante largo y al final la cuerda roza bastante. Después viene un muro muy vertical y que a ratos tira ligeramente para atrás, en el que vas encontrando cantos (o cantitos), pero siempre hay algo, y es uno de los largos más bonitos que he escalado en Riglos. Es el 7º largo, 6a+. Para acabar, un largo con dos panzas que le dan algo de picante, ya que lo demás es una cuesta de vacas hasta llegar a la cima.
En el 6º largo (V+/6a), antes de lo vertical (en sombra) y del muro elegante del L7 (arriba del todo) |
Maite acabando el L7 (6a+) |
La bajada tiene un poco de vuelta, y sobre todo una pequeña sorpresa desde el collado hasta el camino de bajada común con el Mallo Melchor Frechín, porque hay que subirse a un árbol y trepar un tramo vertical de pared agarrándose a una cadena...
Algunos consejos prácticos para quienes la vayan a repetir: NO empalmar largos. Los 16 expreses se gastan completos (o casi) en al menos tres largos (L4, L6, L7). Las longitudes que marca el croquis "oficial" de los últimos dos largos, creo que están demasiado bajas. En todo,caso, si se quieren empalmar, calcular que van a hacer falta más de 25 expreses si se chapa todo.
En los casos de los largos más cortos de la parte baja, conviene hacerlos, para evitar los roces de cuerda excesivos.
Los friends y los fisus os los podéis dejar en casa.
Y a disfrutar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario