Inicio del "bidegorri" entre Albatzisketa y Larraitz. Camino muy preparado para todo tipo de personas con problemas de movilidad, accesible a sillas de ruedas e incluso para ciegos. El aitatxi, que continua recuperándose como un campeón del infarto cerebral, se supera de esta manera. Cumplimos así, las cuatro reglas que rigen mi idea del montañismo: superarse, descubrir, sentir y compartir.
Los primos y primas también disfrutan de lo lindo, con el Txindoki al fondo.
Mientras florece la Argoma.
LLegando a Larraitz Pablo, Juan Ignacio y Susana.
Los abuelos y la "última" nieta.
Andoni, que piensa: ¿pero aún hay alguien más pequeño que yo?
Odei Goñi
Confidencias de nieta y abuela
1 comentario:
Dani, muy conciso y preciso el reportaje. Bonitas fotos; ideales para el recuerdo. Se cumplió el tetra-ideal montañero: superarse, sentir, compartir, descubrir.
Muxus. Amatxi
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